31 enero 2010

Vencer los Temores


Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mi mismo.

Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso
si no lo intento.

Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta
de que de todos modos opinarían de mi.

Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tener
fe en mi mismo.

Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario
para crecer.

Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.

Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino
más bien otro comienzo.

Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más
que ignorancia.

Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi mismo.

Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría
día a día.

Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme
más.

Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz.

Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa
necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.

Amigos, hagamos que nuestras vidas cada día tengan más vida. A través de nuestros temores, podemos encontrar una gran riqueza, si dejamos de huir y escondernos en actitudes negativas y los enfrentamos. Solo así valoraremos lo maravillosos que han sido cada uno de nuestros aciertos y desaciertos y que de alguna manera, sin darnos cuenta, cuando somos honestos con nosotros mismos, han sido el mejor regalo que la vida misma nos ha dado...la evolución del espíritu. Solo teniendo plena conciencia de ello, del peso de los temores y sus nefastas influencias, dejarán de tener fuerza en nuestro interior y así avanzaremos hacia eso tan anhelado, como es la paz y la armonía en nuestra vida y en nuestras relaciones con los demás. La Evolución Espiritual es también la autosuperación y el dominio de nuestra mente. Con fuerza de voluntad todo es posible, es necesario transformar nuestros defectos en virtudes y sintonizar nuestra frecuencia mental con la frecuencia positiva de la naturaleza. Un gran abrazo de luz para todos y les deseo un excelente año 2010, de abundante felicidad, éxito y evolución en sus vidas.

David Zen

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